

La Aplicación de índice variable (Variable rate application) en la agricultura de precisión es un área de la tecnología que se enfoca en la aplicación automatizada de materiales a un campo específico.
La aplicación de fertilizantes es una actividad agrícola común que puede ser completamente automatizada con la correcta implementación de tecnología de aplicación de índice variable (Variable rate application technology).
Este proceso consiste en las siguientes etapas:
1.- Zonificación / Zonas de gestión: Las Zonas de gestión son sectores de un campo en donde se deben aplicar diferentes materiales. El primer paso para la aplicación de fertilizante, por ejemplo, con tecnología de aplicación de índice variable es delimitar correctamente estas Zonas de gestión.
2.- VRA basado en Mapas o Sensores: Una segunda etapa corresponde en determinar si se va a utilizar tecnología basada en mapas o sensores.
– VRT basado en Mapas: Es cuando se genera un mapa del campo de cultivo con el fin de que este sea ingresado en el sistema antes de que se realice cualquier actividad.
– VRT basado en Sensores: Es cuando se integran sensores que pueden detectar automáticamente la data que ayudará a decidir que tipo de material puede ser aplicado.
3.- Identificar que datos e imágenes deben usarse: Luego de elegir la fuente de datos que vamos a usar, es necesario determinar que tipo de información deben ser recolectada por los sensores o qué tipo de imágenes deben usarse en el mapeo. Algunos datos que que son relevantes para la aplicación de fertilizante son calidad y materiales del suelo, tipo de cultivo, información climática y la velocidad a la que viaja el vehículo mientras aplica el fertilizante.
Algunos de los otros usos de la tecnología de Aplicación de índice variable son el uso de herbicidas, cal y otros químicos, siembra y detección de malezas y cultivos enfermos.
En general, la tecnología VRA es principalmente usada para detectar información sobre cierto campo de cultivo y tener un sistema que tome decisiones basadas en esta data.
Mientras mayor automatización y precisión se pueda introducir a las operaciones de agricultura, mayor será el dinero que se puede ahorrar mediante una mayor producción y eficiencia. Estos beneficios se pueden observar también en el ahorro en fertilizantes y químicos, aumento del potencial de rendimiento y protección del medio ambiente.